Érase una vez una niña llamada Mia. 
Se pasaba el día dando saltitos y contando baldosas. Mientras lo hacía, inventaba miles 
de historias en su cabeza, que era donde vivía su mundo secreto. Los años fueron pasando y Mia se hizo mayor. Al crecer, se dio cuenta de que el mundo de los "grandes" no tenía la magia que ella esperaba encontrar... Así que decidió seguir contando, pero esta vez historias. Aquellas que guardaba en su mundo.

"El mundo secreto de Mia"